Entre 2018 y 2019 cursé un diplomado llamado Creación, Desarrollo y Dirección de Empresas Sociales en la UNAM, tenía 27 años cuando lo concluí. Creí que sería una buena opción combinarlo con mis conocimientos de licenciatura en Trabajo Social. Aprendí lo básico de administración y también lo que es una empresa social. Este concepto no es nada nuevo, incluso en algunos países como Bolivia ya está considerado en su legislación.
En México, país de donde nací y donde vivo, no está considerada todavía en su normatividad. Tampoco existen muchas empresas que se denominen empresas sociales. Seguramente alguien con internet podrá buscar en este momento cuáles son las empresas sociales que existen en México y lo más probable es que encuentren una respuesta. Sin embargo, el mensaje que quiero transmitir con esta idea es que no todas son empresas sociales y que hay una diferencia entre eso y ser una empresa socialmente responsable o con impacto social. De cualquier forma considero que lo social aún no es lo suficientemente fuerte como para pensar que vamos a vivir en un mundo mejor.
Hablar de lo social es bastante ambiguo. En el diplomado yo esperaba que profundizáramos y discutiéramos sobre este concepto pero me di cuenta que para ingresar, cualquier proyecto era considerado social. Si bien todos los proyectos se distinguían por tener algún beneficio para la sociedad, no significa que eso sea social. Por ejemplo, algunos eran sobre comercio justo, lo cual mejora las condiciones económicas de los autores y fabricantes de los productos u obras pero eso no quiere decir que mejore en lo social, entendiéndolo como acceso a las mismas oportunidades y mejores relaciones entre comunidad y entorno. No había una revisión en cuánto a las metodologías de los proyectos.
En otros proyectos, como el mío, que sí tenían la cuestión social y la parte metodológica concebida pero no sabíamos cómo lograr esta visión de negocios para emprender. También es un error pensar que la educación es la solución de todos los problemas y más bien el reto era pensar en cómo hacer funcionar el proyecto que uno tenía. Al terminar esta experiencia de aprendizaje, que por cierto fue buena, abandoné la idea del emprendimiento para seguir otros planes personales y profesionales.
A mis 29 años contacté a Sara, una de las colegas que sumó su talento en Fire Guardian y empecé a platicar con ella sobre la idea de un emprendimiento que se dedicara a vender productos con causa social. Con su expertiz se avanzó mucho. Después reclutamos a Abel, no tiene mucho con nosotros pero se siente como si siempre hubiera estado aquí. Hoy, a mis 31 años puedo explicar qué es Fire Guardian.
Desde su concepción visual, quise proyectar la fuerza y energía del león, considerado como el rey, aquel que se sobrepone y protege. El rojo y el naranja simbolizan el sol, siempre radiante y que nunca se detiene. El liderazgo es determinante para cumplir los objetivos de cualquier proyecto.
A corto plazo, queremos que Fire Guardian ayude a diferentes aliados a resolver diferentes problemáticas que existen en zonas y personas que estén expuestas. Mediante las campañas trimestrales rotaremos las causas que estaremos apoyando para ampliar nuestro alcance y atender a más personas. En redes sociales y sitio de internet mantendremos la comunicación.
A mediano plazo, sumaremos más diseños y productos para tener una mayor cobertura a nivel local y nacional. Las campañas trimestrales se pueden hacer para 2 o más causas, incluso podríamos pensar en hacerlas bimestrales dependiendo de los recursos con los que se cuenten hasta este momento. Para ese momento, las vías de comunicación que tenemos serán más amplias y soñamos con que alguna Asociación, Fundación o Gobierno nos contacte para colaborar.
A largo plazo, queremos que este modelo de negocio sea sostenible e inspire a más personas. En unos años, el objetivo es que Fire Guardian pueda financiar sus propios proyectos sociales, aprovechando que hay un trabajador social en el equipo. También está pensando en emitir convocatorias para personas independientes u organismos para que reciban recursos de nuestra parte y hacer sus proyectos de acuerdo con las reglas emitidas en las convocatorias. Esto no significa que abandonaremos las campañas, quiere decir que en Fire Guardian tenemos que hacer un esfuerzo doble. El primero de ellos es cuidar la calidad de los productos y el segundo es en que la confianza que nos estás otorgando está siendo tangible en las acciones que estaremos comunicando en redes sociales.
Otro objetivo a largo plazo es fortalecer la figura de empresas sociales en México y llevar una iniciativa a las autoridades para que exista el reconocimiento ante la ley para quienes trabajamos a favor de la comunidad. Seguramente se va a requerir mucho trabajo en conjunto pero no creo que sea algo imposible, especialmente porque ya existe en otros países.
A mis 31 años, te agradezco el tiempo que has utilizado para leer esto y creer en nosotros. A nombre del equipo, estamos abiertos a cualquier comentario que tengas con el fin de mejorar y esperamos tener tu confianza para realizar acciones que nos beneficien a todas y todos.
10 de abril 2024
Sergio Gamboa
Más que un producto, somos una causa.